domingo, 21 de abril de 2013

Pentateuco I Introducción


El Pentateuco

 

Introducción:

 

Desde su puesta por escrito el Pentateuco ha gozado de capital importancia tanto en el judaísmo como posteriormente en el cristianismo ya que en el se recoge la ley (la Torah) de Dios. No por ello se debe entender que el Pentateuco sea un código legislativo, aunque la gran mayoría de las leyes bíblicas están aquí. Contiene también numerosos relatos. Éstos, de algún modo también son normativos ya que en ellos se expresa como quiere Dios que se comporte el hombre. Entonces estos relatos tienen valor de ley.

La importancia que tuvo en el Judaísmo primitivo se ve en el tratamiento peculiar que la Torah tuvo en el culto sinagogal. El pueblo exiliado en Babilonia trata de mantener su identidad religiosa en la Sinagoga ya que el Templo había sido destruido. Esta identidad religiosa se centra en aquellos rasgos que lo diferenciaban de los demás: el descanso sabático y su solemnización (del sábado y de otras fiestas) en una liturgia que supliera a la del Templo. Así nace la Sinagoga y en esta liturgia ocupa un puesto importante la lectura de la Ley y los Profetas. Se leía un versículo de la Torá y luego se traducía al arameo, la lengua del Imperio. Fue necesario traducir los textos al arameo y es en el modo como se traducían estos textos donde percibimos el distinto valor que se concedía a la Ley y a los Profetas. Se leía un versículo y se traducía, con los Profetas en cambio se leían 3 versículos y se traducían en su conjunto. Además la Torá debía leerse toda, sin saltar ningún pasaje, en cambio había textos de los Profetas que no se leían en la liturgia sinagogal.

En el cristianismo goza también de gran autoridad a pesar de que la ley ha sido sustituida por el evangelio de la gracia. Jesús se refiere a ella con frecuencia y afirma que no ha venido a abolirla sino a dar cumplimiento (Cfr. Mt 5,17-20). San Pablo la cita unas 90 veces en sus cartas y los Padres la comentan abundantemente. La exégesis histórica crítica nace comentando al Pentateuco.

 

Nombre: siguiendo una antigua tradición que ya se encuentra en la traducción griega de los LXX el Pentateuco se presenta como un conjunto de libros que comprende los cinco primeros libros de la Biblia (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) La palabra griega pentateuchos de la cual procede la latina pentateuchus “Pentateuco” se compone de los términos penta, que significa “cinco” y teuchos que significa genéricamente “instrumento”, “arnés”, “utensillo”. Este último término designaba primeramente al estuche o recipiente cilíndrico de los rollos; después por derivación designó al contenido, es decir a los “rollos”. Por lo tanto “Pentateuco” significa “cinco libros” o mejor “cinco rollos”. En realidad al principio se trataba de un solo libro designado como Torá y dividido a causa de su gran volumen.

El término fue empleado por primera vez por Tolomeo (gnóstico del s. II d.C.) en su Carta a Flora. Tertuliano la latinizó a principios del siglo III a.C. y la convirtió en un vocablo neutro: pentateuchus.

El Pentateuco es la primera parte del AT y de la Biblia hebrea. Se trataba como se dijo, de un sólo libro que por su volumen se dividió en varias partes. Si bien su división es funcional no fue caprichosa. Se ha realizado buscando puntos de ruptura importantes. Gn: termina el relato patriarcal, Éx comienza la historia del pueblo de Israel, Lv: regulación del culto, Núm: se reemprende la marcha desde el Sinaí a la tierra prometida, Dt: discurso de Moisés.

Estos cinco nombres asumidos por la versión latina de la Vulgata provienen de la traducción griega de los LXX y reflejan de algún modo su contenido que es el que nosotros conservamos actualmente: Gn: el origen del mundo; Éx: la salida de Egipto; Lv: la legislación relativa a los levitas; Num: por los censos relatados; Dt: la segunda ley dada en las llanuras de Moab que parecen completar las prescripciones del Sinaí.

En hebreo, sin embargo, los títulos de los libros se corresponden con la primera palabra importante del comienzo de la obra.[1]

Los Padres de la Iglesia utilizaban el término Pentateuco hablando de ellos preferentemente como la “ley” o la “ley de Moisés” en contraposición a los profetas, como la tradición judía y el NT. En un texto de Qumrán donde aparece en un fragmento una expresión que puede traducirse como: “todos los libros del Pentateuco”. Esta división en cinco libros también aparece en el Salterio. El evangelio de Mateo contiene cinco discursos que concluyen con una fórmula idéntica. Si para Mateo Jesús es un “nuevo Moisés”, no es raro que haya hecho de su evangelio un “nuevo Pentateuco”. Filón de Alejandría que escribe antes de la redacción de los evangelios  también menciona en sus escritos al Génesis, al Levítico y al Deuteronomio lo denomina con otro nombre (Exhortación). Flavio Josefo también habla con claridad de “los cinco libros de Moisés” a finales del siglo I d.C.

Estos testimonios confirman que en torno al tiempo del nacimiento de Cristo la tradición judía ya había establecido lo siguiente:

·         Los libros fundamentales de la ley son cinco.

·         Son obra de Moisés.

·         Su autoridad, la de los cinco libros de Moisés, es superior a la de los otros libros atribuidos a los profetas.

Contenido: La obra relata una sucesión de acontecimientos encadenados entre sí, que comienzan con la creación del mundo y el nacimiento de los pueblos, sigue con los patriarcas para acabar centrándose en el origen de Israel: estancia en Egipto, huída al desierto hasta llegar a las puertas de Canaán. Se narra una historia: la del Pueblo de Israel. El encadenamiento de estos acontecimientos está bien trabajo y con tal abundancia de fechas, que es posible componer un esquema cronológico desde la creación del mundo. Según esta cronología que sirve de base al calendario hebreo moderno, la creación del mundo tuvo lugar el año 3760 a.C.[2]

 

Límite de la obra: La obra indudablemente comienza en Gn 1,1 pero la dificultad reside en precisar dónde acababa originalmente. Tradicionalmente se consideraban una unidad los cinco primeros libros y por lo tanto acababa con el Deuteronomio. Siguiendo criterios puramente literarios se ha discutido esta amplitud y se han presentado soluciones diversas.

 

¿Tetrateuco, Pentateuco, Hexateuco o Enneateuco?

La antigua tradición que limitaba a 5 los libros de la ley fue cuestionada al aparecer los estudios sobre el origen del Pentateuco y del pueblo de Israel.

Hexateuco: Dado que el libro de Josué parece que continúa la narración de los acontecimientos donde los deja el Dt (Jos 1,1: “Después de la muerte de Moisés…”) ha surgido la cuestión de si no convendría añadir este libro a los precedentes. Con esto tendríamos un hexateuco apoyado por varios críticos: Spinoza y más recientemente G.von Rad, etc.

Tetrateuco: Para otros críticos recientes (M. Noth) creen que por el contrario conveniente separar al Dt del Pentateuco y lo consideran como el prefacio de una gran obra histórica (la obra deuteronomista) que se extendería desde Moisés hasta la cautividad. Se argumenta también que las fuentes del Pentateuco no están presentes en el libro de Josué y por ello difícil hablar de un hexateuco Tendríamos entonces un tetrateuco.

 

No se ha llegado en este punto a una solución convincente y hasta se ha hablado de que el Pentateuco podría ser el comienzo aún de una obra más amplia. La trama narrativa que comienza en Gn 1,1 llegaría hasta el final del segundo libro de los Reyes (2Re). Así el Pentateuco habría que situarlo en un contexto más amplio: un Eneateuco (cuyo tema principal sería la tierra).

Razones importantes hacen que se siga hablando de Pentateuco: es el valor particular que tiene en cuenta la forma canónica definitiva y normativa de la Biblia para la comunidad de fe tanto del pueblo de Israel como la Iglesia cristiana. También el hecho de que Dt 34,10-12 es un texto fundamental que separa los 5 primeros libros de los siguientes. En este texto se quieren afirmar 3 cosas:

  • Que Moisés es el profeta más grande y por ello la “ley de Moisés” es superior a todas las otras formas de revelación. Su Torá es incomparable, insuperable y permanecerá siempre válida (superior a los profetas).
  • La superioridad de Moisés radica en su relación con Yavé (Éx 33,11; Num 12,6-8).
  • El éxodo es el acontecimiento fundamental de la historia de Israel. Ningún otro se puede comparar. La fundación de Israel surge con Moisés y no con David. Israel es más antiguo que la monarquía.

 



[1] Gn: “al inicio” (b re sit). Éx: “los nombres” (s mot). Lev “Y llamó” (wayyiqra). Núm: “En el desierto” (b midbar). Dt: “Las palabras” (d barim).
[2] Los datos cronológicos de la Vulgata y la LXX son distintos. Así para la Vg fue el año 4,1884 y para LXX 5.634 a.C.
 

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