El
Pentateuco
Introducción:
Desde su puesta por escrito el Pentateuco ha gozado de capital
importancia tanto en el judaísmo como posteriormente en el cristianismo ya que
en el se recoge la ley (la Torah )
de Dios. No por ello se debe entender que el Pentateuco sea un código
legislativo, aunque la gran mayoría de las leyes bíblicas están aquí. Contiene
también numerosos relatos. Éstos, de algún modo también son normativos ya que
en ellos se expresa como quiere Dios que se comporte el hombre. Entonces estos relatos
tienen valor de ley.
La importancia que tuvo en el Judaísmo primitivo se ve en el
tratamiento peculiar que la
Torah tuvo en el culto sinagogal. El pueblo exiliado en
Babilonia trata de mantener su identidad religiosa en la Sinagoga ya que el Templo
había sido destruido. Esta identidad religiosa se centra en aquellos rasgos que
lo diferenciaban de los demás: el descanso sabático y su solemnización (del
sábado y de otras fiestas) en una liturgia que supliera a la del Templo. Así
nace la Sinagoga
y en esta liturgia ocupa un puesto importante la lectura de la Ley y los Profetas. Se leía un
versículo de la Torá
y luego se traducía al arameo, la lengua del Imperio. Fue necesario traducir
los textos al arameo y es en el modo como se traducían estos textos donde
percibimos el distinto valor que se concedía a la Ley y a los Profetas. Se leía
un versículo y se traducía, con los Profetas en cambio se leían 3 versículos y
se traducían en su conjunto. Además la
Torá debía leerse toda, sin saltar ningún pasaje, en cambio
había textos de los Profetas que no se leían en la liturgia sinagogal.
En el cristianismo goza también de gran autoridad a pesar de que
la ley ha sido sustituida por el evangelio de la gracia. Jesús se refiere a
ella con frecuencia y afirma que no ha venido a abolirla sino a dar
cumplimiento (Cfr. Mt 5,17-20). San Pablo la cita unas 90 veces en sus cartas y
los Padres la comentan abundantemente. La exégesis histórica crítica nace
comentando al Pentateuco.
Nombre: siguiendo una antigua tradición que ya se encuentra en la
traducción griega de los LXX el Pentateuco se presenta como un conjunto de
libros que comprende los cinco primeros libros de la Biblia (Génesis, Éxodo,
Levítico, Números y Deuteronomio) La palabra griega pentateuchos de la cual procede la latina pentateuchus “Pentateuco” se compone de los términos penta, que significa “cinco” y teuchos que significa genéricamente
“instrumento”, “arnés”, “utensillo”. Este último término designaba primeramente
al estuche o recipiente cilíndrico de los rollos; después por derivación
designó al contenido, es decir a los “rollos”. Por lo tanto “Pentateuco”
significa “cinco libros” o mejor “cinco rollos”. En realidad al principio se
trataba de un solo libro designado como Torá y dividido a causa de su gran volumen.
El término fue empleado por primera vez por Tolomeo (gnóstico del
s. II d.C.) en su Carta a Flora.
Tertuliano la latinizó a principios del siglo III a.C. y la convirtió en un
vocablo neutro: pentateuchus.
El Pentateuco es la primera parte del AT y de la Biblia hebrea. Se trataba
como se dijo, de un sólo libro que por su volumen se dividió en varias partes.
Si bien su división es funcional no fue caprichosa. Se ha realizado buscando
puntos de ruptura importantes. Gn: termina el relato patriarcal, Éx comienza la
historia del pueblo de Israel, Lv: regulación del culto, Núm: se reemprende la
marcha desde el Sinaí a la tierra prometida, Dt: discurso de Moisés.
Estos cinco nombres asumidos por la versión latina de la Vulgata provienen de la
traducción griega de los LXX y reflejan de algún modo su contenido que es el
que nosotros conservamos actualmente: Gn: el origen del mundo; Éx: la salida de
Egipto; Lv: la legislación relativa a los levitas; Num: por los censos
relatados; Dt: la segunda ley dada en las llanuras de Moab que parecen
completar las prescripciones del Sinaí.
En hebreo, sin embargo, los títulos de los libros se corresponden
con la primera palabra importante del comienzo de la obra.[1]
Los Padres de la
Iglesia utilizaban el término Pentateuco hablando de ellos
preferentemente como la “ley” o la “ley de Moisés” en contraposición a los
profetas, como la tradición judía y el NT. En un texto de Qumrán donde aparece
en un fragmento una expresión que puede traducirse como: “todos los libros del
Pentateuco”. Esta división en cinco libros también aparece en el Salterio. El
evangelio de Mateo contiene cinco discursos que concluyen con una fórmula
idéntica. Si para Mateo Jesús es un “nuevo Moisés”, no es raro que haya hecho
de su evangelio un “nuevo Pentateuco”. Filón de Alejandría que escribe antes de
la redacción de los evangelios también
menciona en sus escritos al Génesis, al Levítico y al Deuteronomio lo denomina
con otro nombre (Exhortación). Flavio Josefo también habla con claridad de “los
cinco libros de Moisés” a finales del siglo I d.C.
Estos testimonios confirman que en torno al tiempo del nacimiento
de Cristo la tradición judía ya había establecido lo siguiente:
·
Los libros fundamentales de
la ley son cinco.
·
Son obra de Moisés.
·
Su autoridad, la de los cinco
libros de Moisés, es superior a la de los otros libros atribuidos a los
profetas.
Contenido: La obra
relata una sucesión de acontecimientos encadenados entre sí, que comienzan con
la creación del mundo y el nacimiento de los pueblos, sigue con los patriarcas
para acabar centrándose en el origen de Israel: estancia en Egipto, huída al
desierto hasta llegar a las puertas de Canaán. Se narra una historia: la del
Pueblo de Israel. El encadenamiento de estos acontecimientos está bien trabajo
y con tal abundancia de fechas, que es posible componer un esquema cronológico
desde la creación del mundo. Según esta cronología que sirve de base al
calendario hebreo moderno, la creación del mundo tuvo lugar el año 3760 a .C.[2]
Límite de la obra: La
obra indudablemente comienza en Gn 1,1 pero la dificultad reside en precisar
dónde acababa originalmente. Tradicionalmente se consideraban una unidad los
cinco primeros libros y por lo tanto acababa con el Deuteronomio. Siguiendo
criterios puramente literarios se ha discutido esta amplitud y se han
presentado soluciones diversas.
¿Tetrateuco, Pentateuco, Hexateuco o Enneateuco?
La antigua
tradición que limitaba a 5 los libros de la ley fue cuestionada al aparecer los
estudios sobre el origen del Pentateuco y del pueblo de Israel.
Hexateuco: Dado que el
libro de Josué parece que continúa la narración de los acontecimientos donde
los deja el Dt (Jos 1,1: “Después de la muerte de Moisés…”) ha surgido la
cuestión de si no convendría añadir este libro a los precedentes. Con esto
tendríamos un hexateuco apoyado por varios críticos: Spinoza y más
recientemente G.von Rad, etc.
Tetrateuco: Para otros
críticos recientes (M. Noth) creen que por el contrario conveniente separar al
Dt del Pentateuco y lo consideran como el prefacio de una gran obra histórica
(la obra deuteronomista) que se extendería desde Moisés hasta la cautividad. Se
argumenta también que las fuentes del Pentateuco no están presentes en el libro
de Josué y por ello difícil hablar de un hexateuco Tendríamos entonces un tetrateuco.
No se ha
llegado en este punto a una solución convincente y hasta se ha hablado de que
el Pentateuco podría ser el comienzo aún de una obra más amplia. La trama
narrativa que comienza en Gn 1,1 llegaría hasta el final del segundo libro de
los Reyes (2Re). Así el Pentateuco habría que situarlo en un contexto más
amplio: un Eneateuco (cuyo tema
principal sería la tierra).
Razones
importantes hacen que se siga hablando de Pentateuco: es el valor particular
que tiene en cuenta la forma canónica definitiva y normativa de la Biblia para la comunidad de
fe tanto del pueblo de Israel como la Iglesia cristiana. También el hecho de que Dt
34,10-12 es un texto fundamental que separa los 5 primeros libros de los
siguientes. En este texto se quieren afirmar 3 cosas:
- Que Moisés es el profeta más grande y por ello la “ley de Moisés” es superior a todas las otras formas de revelación. Su Torá es incomparable, insuperable y permanecerá siempre válida (superior a los profetas).
- La superioridad de Moisés radica en su relación con Yavé (Éx 33,11; Num 12,6-8).
- El éxodo es el acontecimiento fundamental de la historia de Israel. Ningún otro se puede comparar. La fundación de Israel surge con Moisés y no con David. Israel es más antiguo que la monarquía.
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