jueves, 5 de septiembre de 2013


El profeta Jeremías

 

Jeremías es uno de los tres profetas llamados “mayores” junto con Isaías y Ezequiel.

 

1. La vida del profeta

           

El libro que lleva su nombre es rico en noticias biográficas y personajes importantes en torno a él. El se presenta en primera persona en diversos acontecimientos, revela sus estados de ánimo (confesiones). A diferencia de otros profetas que a menudo están escondidos detrás de su mensaje y dejan ver bien poco de su vida, Jeremías deja “transparentar” en sus escritos su vida, sus sufrimientos, sus miedos y sus dudas.[1] Aunque a primera vista parece que de Jeremías sabemos casi todo, sin embargo, con una lectura atenta, nos damos cuenta que de no se puede reconstruir una biografía completa  ya que hay baches importantes sobre su vida (nacimiento, muerte, formación, a que se dedicaba, etc.).

El sentido de la misión de este profeta se encuentra presente en el capítulo uno. Se trata de una introducción a todo el libro.

 

Leer Jr 1,1-3 Aquí aparece el marco histórico de su predicación. La tarea del profeta aparece dentro de límites precisos: el año 13 del reino de Josías (627) hasta el 11 de Sedecías, destrucción de Jerusalén (587).

Pero en los cap. 40-44 encontramos otros hechos acaecidos después: Jr es conducido a Egipto por un grupo de exiliados voluntarios.

También 1,1 nos dice que.

·        era originario de Anatot, pequeño pueblo a 6 km al norte de Jerusalén.

·        perteneciente a la tribu de Benjamín. Era hijo de Jelcías, sacerdote de Anatot (tal vez se remonta a 1Re 2,26) ascendiente de Abiatar. Aunque pertenecía a una familia sacerdotal que se habría tenido que instalar en Jerusalén y a la que la reforma de Josías habría asignado un turno en el servicio del Templo nunca actuó como sacerdote.

·         Se siente más ligado afectivamente a las tribus del Norte aunque ya desaparecidas, absorbidas por la provincia Asiria, que a Jerusalén. Sus primeros mensajes están dirigidos a la gente que habita Samaría y a la que continúa considerando pueblo de Dios, llamándolo siempre Israel.

 

Leer 1,4-10

  • Hombre predestinado desde el seno materno.
  • El texto bíblico no dice nada del año de su nacimiento, 1,6 dice que era joven (na’ar – muchacho) cuando fue llamado, pero el término no nos ayuda a definir su edad: na'ar también aplicado a Salomón (30 años) cuando comenzó a reinar (1Re 3,7), y también a Josías cuando comenzó la reforma religiosa (16 años). Indicaría, pues, que era demasiado joven para recibir un "encargo", para que le fuera reconocida la autoridad de hablar en nombre del Señor.
  • Profeta de su pueblo y de las naciones.
  • Doble tarea profética: “arrancar y destruir” – “edificar y plantar”.[2]

 

Otros datos sobre su persona:

  • 8,18-21 Sufre con su pueblo.
  • 7—10; 17,19  Dios le confirma su misión y su promesa de apoyo.
  • 28,8 Considerado “profeta como Moisés”. Se utiliza la frase (que sólo aquí aparece) del Dt 18,18.

 

2. El libro de Jeremías

 

El libro de Jeremías es muy extenso, consta de 52 capítulos y presenta gran complejidad. Las razones son:

  • variedad de géneros: oráculos contra Judá, narraciones de y sobre Jeremías, confesiones, cartas; oráculos contra las naciones, acciones simbólicas, etc.
  • desorden cronológico en que se presenta el texto
  • problemas de contenido
  • diferencias entre el TM y los LXX: el texto griego es un octavo más breve (2700 palabras menos) que el hebreo.

 Es por lo tanto un libro altamente complejo ya que ha pasado por varios estadios en su composición

 

 Estructura posible del libro

 

División en secciones: tal como lo conocemos hoy, el libro se divide generalmente en:

 

-         1-25: el juicio de Judá e Israel (1-6 y 7-25)

-         26-45: últimos momentos de Jerusalén

-         46-51: oráculos contra las naciones

-         52: apéndice histórico (repetición de 2 Re 24,20-25,30 y en parte de Jr 39).

 

Orden cronológico por las fechas que encontramos en el texto

 

627: Vocación (1,1)

627-609: Mensaje dirigido a Israel (3,6)

609: Mensaje dirigido a Joacaz (22,10)

       Sermón en el Templo (consecuencias) (26,1, cf. 7)

605: Amenaza contra Egipto (46,2)

       Resumen de los primeros 23 años de predicación (25,1)

       Dictado y lectura del libro (36, 1)

       Mensaje a Baruc (45,1)

598: Mensaje a Joaquín (22,24)

        Amenaza contra Elam (49,34)

       Encuentro con los rekabitas (35)

597: Mensaje derivado de las dos cestas de higos (24,1)

        Carta a los desterrados en Babilonia (29,1-2)

594-593: Exhortación contra la rebelión (27-28)

           Maldición contra Babilonia (51,59)

587-586: Mensaje en el asedio (21,1; 34;37-39)

            Jeremías en la cárcel (32-33; 39,15)

586: Después de la destrucción de Jerusalén (39-44)

 

 

3. Etapas en su actividad profética: se reconocen cuatro etapas.

 

En cuadro anexo

 

4. Las Confesiones de Jeremías

 

Bajo este título se han agrupado algunos textos que nos muestran la oración del profeta a Dios. Se trata de:

·        12,1-5      La prosperidad de los malvados

·        15,10-21  El combate interior

·        17,14-18   Los gritos del profeta

·        18,19-23   Los gritos del profeta

·        20,7-18     El combate de la fe.

 

Tal vez originariamente fueran una colección independiente que luego el redactor incluye en la obra para mostrar la actitud del profeta ante la misión que Dios le había encomendado. Constituyen un testimonio de la crisis por la que atravesó el profeta. Respecto a su autenticidad hay diversas opiniones. Por un lado es real que han sido insertados estos textos en un conjunto más amplio lo que pudo originar cambios y relecturas. Por otro lado estas oraciones tienen un claro tono similar al de los Salmos de Lamentación por lo cual se piensa que podrían haber sido introducidas durante la redacción del libro. No obstante no puede negarse su autenticidad ya que, entro las colecciones proféticas Jeremías es la única en que el profeta no vacila en plantear sus preguntas y en expresar sus incertidumbres y su cansancio. Por tanto, el redactor que insertó las Confesiones no sigue ningún modelo y tiene que apoyarse en una tradición propiamente jereminiana. Aún así pueden reconocerse algunas aportaciones de la redacción que no quitan la lectura de las Confesiones descubriendo en ellas la experiencia creyente del profeta.

 

 

5. El libro de la Consolación

 

En el corazón mismo del libro encontramos el libro llamado de la “Consolación”. Se trata de un mensaje de esperanza dirigido al pueblo de Israel. Dentro de los trágicos momentos que vivió el pueblo es lógico entender que en este y en otros se hayan agrupado los oráculos de salvación. Además de agruparse se han releído y completado.

Un redactor amplió más tarde los oráculos de Jeremías y los aplicó a Judá completando sus promesas. Ej Jr 30,8: la salvación pasa por el restablecimiento de un David que se pondrá al frente del pueblo que vuelve del destierro (comparar con Ez 34,23). También Jr 31,23.26. Se asocia a la salvación de Israel en Jr 30,3-4 y en 33,14-17 que repite a Jr 23,5-6 pero haciendo una relectura del mismo: será Jerusalén la que reciba el nombre de “Yavé nuestra justicia” (Cfr. 48,35).

 

Ubicar los siguientes textos y señalar las imágenes e ideas principales que aparecen en ellos.

 

·        30,8-11  Suscitará un David

·        30,12-15.17 Dios interviene: ¿cómo describe a Dios? Médico.

·        30,18; 31,4.28-38 Volver a construir y plantar

·        30,19; 31,13  Sensación de gozo

·        31,2-6 El pueblo repite su experiencia original

·        31,19-30 Responsabilidad personal[3]

·        31,23-26 Promesa de restauración

·        31,31-34 La alianza nueva y la ley interior escrita en el corazón.

·        33,14-17 Germen justo.

 

La Alianza es un concepto clave dentro de la Biblia, hasta definir su mayor división en Antigua y Nueva. Cuando se utiliza este adjetivo: “nuevo”, salvo algunos casos obvios, se trata de algo absolutamente nuevo, casi creación de Dios. En el exilio el pueblo experimenta una novedad negativa muy dura, el fin del templo, del reino de David, la destrucción de Jerusalén, etc. y espera nuevamente otra novedad positiva. El libro de Isaías es testigo de esta esperanza (Is 42,9s; 43,19; 48,6; 65,17; 66,22) y también Ezequiel habla de “un corazón y un espíritu nuevos” (Ez 11,19; 18,31; 36,26). Pero sólo Jeremías habla de “Alianza Nueva”.

La tendencia del Exilio fue la de revalorizar la Ley en general y concretarla específicamente en los primeros mandamientos. La circuncisión y la observancia del sábado serán ahora los signos sacramentales de pertenencia al pueblo de Dios luego que el templo ha desaparecido. El autor sacerdotal pondrá el sábado desde la creación en Gn 1 y la circuncisión desde Abraham en Gn 17. Pero Jeremías (4,4; 9,24) como Dt 10,16; 30,6 hablan de la “circuncisión del corazón” y la importancia del sábado y de la Alianza en Jr 11,1-14; 17,19-27 y 34,8.22 son obra de la relectura deuternomista que subraya su  alto valor significativo en el Exilio. Resuena así la insistencia en el “conocimiento de YHWH” que nos remite a Oseas (2,22; 4,1.6; 5,4;  6,6) y a pasos anteriores a Jeremías (2,8; 9,23; 22,15; 24,7) y nos habla sin nombrarla de una nueva gracia de Dios.

La novedad tan antigua si se quiere o tan nueva es la misericordia de Dios, su amor previo y gratuito, su perdón generoso al pecador. Oseas ya había descubierto esa debilidad de Dios aunque el hombre se siente con derecho ante Él y a ganarse su amor por mérito propio. Jeremías continuará en esa línea y verá que sólo tras una re creación del corazón humano por la Gracia misericordiosa de Dios el hombre podrá conocerlo, es decir practicar la justicia y el derecho y defender la causa del pobre y del indigente (22,15-16). La novedad de esta gracia dejará en el olvido su gesto del Éxodo pues el pueblo que Dios hace volver del Exilio le servirá de corazón: 15,142; 23,7; 29,13; 32,40ss; 42,10ss.

 

 

 

 

 

6. Teología del profeta y mensaje general del libro

 

Comenzó predicando la necesidad de conversión (4,4.14; 6,8; 7,3-5). Esta es la finalidad del primer libro que escribió (36,1-8). El mensaje que intentó comunicar es que todavía es posible que el Señor cambie de opinión y no realice el castigo con que ha amenazado a su pueblo (Jr 36,39) pero llegó un momento (605 o 601) en que Jr considera que se pasó el tiempo de la conversión y anuncia el castigo sin remedio (15,1-4.5-9; 7,16-20;36,29). La razón es que la perversión ha alcanzado a grandes y pequeños (5,1-9): Dios exige el sometimiento al poder babilónico como aceptación del castigo y único medio para salvaguardar en cierta medida el reino. Los profetas de su tiempo no aceptan su mensaje porque Dios no puede dejar de ofrecer paz y felicidad a su pueblo (son conocidos como "profetas de paz"). Ahí radica la lucha interna de Jeremías (para él y su pueblo saber quien predica la auténtica Palabra de Dios). El plan de Dios tarda en cumplirse (aunque se cumple en parte con la primera deportación en el 597). Desterrados el rey y los principales, los profetas de salvación anuncian pronto retorno, Jr alarga el plazo (c. 29). Siempre se ha opuesto a toda rebelión contra Nabucodonosor (28,1-6) para salvar ciudad y reino (37,17-18; 27,17), o los campos (40,9-10) o la vida, luego de asesinado Godolías (42,12). Pero la no aceptación de su palabra conduce al pueblo a Egipto (42-43) y a la desaparición del nombre del Señor (44). Es el desastre total. Este mensaje difícilmente podía ser aceptado por un pueblo  que confiesa su origen en un acto salvador de Dios que les confiere la libertad (2,14). Por eso su mensaje fue considerado blasfemia y el profeta digno de muerte (26,9). De ahí su fama de predicador de calamidades: "Terror por doquier..." (20,10).

Pero Jr también anunció la salvación: tenía la misión de "construir y plantar" (1,10; 24,6; 31,28; 42,10; 45,4). Define a los deportados como hijos buenos que el Señor plantará de nuevo (24,4-10). Los invita a construir casas, plantar jardines (29,4-7); el rescate del campo es un acto de esperanza en el futuro: "Todavía se comprarán casas, campos, huertos en esta tierra" (32,15). Pero la salvación no es automática, sino consecuencia de la obediencia (7,23), de la aceptación del castigo tanto por los desterrados (29) como por los no desterrados (32,1-34,7). Jr anunció la salvación después de la destrucción del reino, cuando no cabía otra cosa. Si se había cumplido la amenaza del Señor, también debe cumplirse la salvación.

Su mensaje no puede limitarse, a sus palabras ya que su vida entera forma parte de su mensaje.


 

 

 

7. Acciones simbólicas

 

Jr 13,1-14 -  El cinturón escondido y gastado. Primero de varios relatos de acciones simbólicas llevados a cabo por Jeremías ordenados por Dios. Expresan la fe israelita en que la revelación de Dios tiene lugar con mucha frecuencia en los acontecimientos ordinarios de la vida.

Estructura del relato: Mandato de Dios, ejecución por el profeta, discurso de Dios que explica el significado. El simbolismo recae sobre “el cinturón” que primero era nuevo, al colocarlo a la cintura se reconoce su valor (Dios adherido al pueblo), deterioro del cinturón que ya no sirve para nada. Representa a Israel y puesto que esta prenda forma parte de las vestiduras “santas” del SS puede simbolizar a Israel como pueblo sacerdotal, como pueblo santo de YHWH.

 

Jr 27,1-22 – El yugo de Babilonia. Estas palabras dejan entrever una tensión entre el deseo del pueblo de permanecer en el país y la advertencia de que Dios ya no estará allí en medio de ellos.

 

Jr 24,1-9 – Los cestos de higos: es más bien una visión que le clarifica a Jeremías el significado del exilio impuesto por Nabucodonosor y también el de la verdad del oráculo recogido en 21,1-10.

 

Jr 18,1-12 - Jeremías en el taller del alfarero

No realiza acá una acción simbólica, en realidad al ver Jeremías la tarea del alfarero que vuelve a poner el barro en el torno medita sobre esto. La visita del profeta al taller sirve como punto de partida para reflexionar sobre la libertad de acción de Dios respecto de su pueblo. Dios puede obrar con su pueblo como la misma libertad con que el alfarero obró con su barro.


Libros relacionados con el libro de Jeremías

 

·        El libro de Baruc: Asociado a Jeremías por llevar el nombre de quién fue su secretario y en algunas ocasiones también su portavoz (Jr 32,12-13.16; 36,4ss; 45,1ss.). Esto hizo que la versión griega de los LXX lo coloque dentro del “cuerpo jereminiano” entre Jeremías y Lamentaciones. La Biblia hebrea no lo reconoce por ser un escrito deuterocanónico. Al final del libro encontramos como un apéndice a La Carta de Jeremías, la cual también puede estar separada del libro de Baruc. La carta de Jr. reviste la forma de carta sólo en el título y en su introducción. Va dirigida según Bar 5,9b a los judíos deportados a Babilonia, pero los críticos han determinado que es un caso de pseudoepigrafía que se estaría inspirando en Jr 29,1-3. Su forma de expresión difiere de la del libro de Jeremías ya que su estilo es el de la sátira. El libro de Baruc también es un caso de pseudoepigrafía  a pesar de los datos que ofrece el mismo libro. Se habría compuesto entre los siglos II y I a.C. y se trata de una “liturgia penitencial”.

 

·        El libro de las Lamentaciones: es un pequeño libro que consta de apenas cinco capítulos. En la Biblia hebrea forma parte de los Ketubim entre los cinco libros que se leían en las fiestas solemnes. Estos cinco libros junto con Ester, Rut, El Cantar de los Cantares y el Eclesiastés son conocidos como megil – lot (o rollos). La Biblia griega en cambio lo coloca luego del libro de Jeremías. Este libro es utilizado por los judíos durante el ayuno que conmemora la destrucción del primero y segundo templo y la Iglesia en la Semana Santa evocando el drama del calvario.

 

 



[1] El mensaje del profeta no se puede limitar a sus palabras ya que su vida entera forma parte de su mensaje.
[2] 18,7; 24,6; 31,28; 42,10; 45,4.
[3] En este tiempo aparece la preocupación por el tema de la responsabilidad personal” frente a la idea de “responsabilidad colectiva”. Testimonio de esto es 31,19-30; 18,12; 36,3.7 antes que en Ezequiel. Y lo más importante es la novedad de la importancia dada al sufrimiento. Parece anticiparse a la figura del crucificado. Jr es el intercesor pero nunca es nombrado como “víctima expiatoria”