jueves, 27 de junio de 2013


Libros de los Macabeos

 

Contexto histórico:

 

Durante todo el siglo III a.C. Israel había estado bajo las manos de la dinastía tolemaica de los Lágidas que se podría decir que era más bien tolerante respecto a la religión y costumbres del pueblo. Pero con la batalla de Panion en el año 198 a.C. Palestina quedó bajo el protectorado de la dinastía de los Seléucidas de Siria regida por Antíoco III el Grande que tenía ansias expansionistas. Por ese entonces Roma empezaba a asomarse en la escena internacional y en el año 188 los romanos obligaron a Antíoco III a la paz que lo afectaría económicamente y lo enmarcaba dentro de las exigencias políticas de Roma. Luego de que su hijo Seleuco IV fuera asesinado surge su hermano Antíoco IV Epifanés (“espléndido”) que fue un hábil político y gran admirador de la cultura helenista y se dispuso a recomponer el imperio perdido por su padre. Con su reinado (175-164) comenzó la obra de helenización forzosa de Palestina. Jerusalén es reconquistada y se erigió la fortaleza “el Acra” para la guarnición Siria. Se abrogó la Toráh como ley del Estado judío y el templo fue dedicado a Zeus Olímpico (167) con la introducción de una estatua que probablemente es la que en el libro de Daniel se define como “sacrilegio horrible” (Dn 9,27; cf Mt 24,15; Lc 21,20). En ese momento explota la rebelión judía. Algunos miembros judíos de la aristocracia y hasta del clero de Jerusalén se muestran colaboracionistas y adoptan el estilo de vida del helenismo y llegan a someterse a cirugías para recomponer su prepucio (epipasmós). Pero el sacerdote Matatías de Modín con sus hijos inicia una verdadera guerra santa. Esto aparece formulado en 1 Mac 2,15-28. La pureza inicial se vio muy pronto radicalizada por formas de nacionalistas e integristas y quedó manchada por arreglos políticos y diplomáticos con las dos potencias interesadas en crear dificultades en Siria: Roma y Esparta.

 

Los libros:

 

Las iglesias protestantes los consideran escritos apócrifos y los judíos tampoco los consideran inspirados aunque sí le dan gran importancia como libros históricos. Los dos libros de Macabeos no son dos volúmenes que hay que leer seguidos, sino más bien yuxtapuestos ya que son como dos partes de un mismo díptico, ya que los dos, aunque desde ángulos diferentes tienen la finalidad de celebrar la revolución de Matatías y de sus hijos. Esta revolución tomará el nombre de macabea por el sobrenombre maqqaba (“martillo”) de su jefe y héroe Judas, hijo de Matatías (2,4). Se trata de una reacción rabiosa pero impregnada de una fuerte idealización y orgulloso amor por la libertad. En los dos libros aparece la siguiente sucesión de soberanos sirios:

175-164 Antíoco IV Epifanés

164-161 Antíoco V Eupator

161-150 Demetrio I

150-145 Alejandro Bala

145-138 Demetrio II (1er reinado)

145-132 Antíoco VI

142-138 Trifón

138-129 Antíoco VII

129-125 Demetrio II (2do. Reinado)

 

Como se ve el período que va del 145 al 138 a.C. resulta turbulento para la dinastía con diversos pretendientes que se disputan el poder. Los Macabeos se aprovecharán de esta situación apoyando algunas veces a un pretendiente y otras veces a otro mientras que se va vislumbrando el poder de Roma.

 

El primer libro:

 

El primer libro de los Macabeos es la traducción griega de una obra escrita casi con seguridad en hebreo. Su autor era un judío de Jerusalén conocedor del AT y de la Palestina y partidario de la causa de los macabeos. Pero no se encontró ningún fragmento hebreo o arameo en las grutas de Qumrán, lo que no resulta extraño ya que la secta de los esenios nació precisamente de la oposición entre estos rígidos observantes de la ley y los macabeos que terminaron pactando con los griegos. Los fariseos tampoco sentían agrado por los macabeos por lo cual no tuvieron interés en conservar copias del libro.[1] La versión que hoy tenemos está en griego similar al de los libros históricos de la traducción de los LXX. La redacción final debe ser a fines del siglo II a.C. en tiempos de Juan Hircano (134-104) antes de la toma de Jerusalén por Pompeyo.

El libro abarca el período que va del 175 (subida al trono de Antíoco IV hasta el 134 año de la muerte del último hermano  Macabeo, Simón. El autor es desconocido y comparte y exalta los ideales de los hasidim, los asideos, los “piadosos” defensores de la causa macabea.

Se distinguen en el libro tres cuadros que presentan a tres personajes fundamentales en la historia macabea.

Introducción dedicada a Matatías el padre organizador (cap. 1—2)

El primer cuadro esta reservado a Judas (3,1—9,22)

El segundo cuadro dedicado a Jonatán (9,23—12,53)

El tercer y último cuadro dedicado a Simón. (13,1—16,24)

 

Teología: la geografía, las estrategias militares y la documentación política militar y diplomática no reducen a este libro a un informe histórico árido y frío. Se percibe un tono épico de marcha militar, un planteamiento patriótico y nacionalista enmarcado en el gusto por la narración y el amor por la libertad. Se puede percibir esto en el amor por el templo: (4,36-58), la descripción de las batallas (6,32-47); las lamentaciones (1,25-28) etc. La presencia de Dios en esta historia es decisiva: el Dios Salvador interviene a través de los salvadores visibles que son los hermanos Macabeos.

Intertextualidad: el autor cita directa o implícitamente muchos textos del AT y los relee a la luz de la nueva situación.

Respecto a su uso litúrgico no es muy considerado. Nunca se lo usa en la Misa dominical.

La lucha que se inició con un verdadero espíritu religioso para defender las tradiciones pronto perdió su objetivo religioso y se convirtió en una lucha política contra los seleúcidas y contra los judíos helenistas. Vino la división, se traicionaron los principios religiosos y políticos que animaron los primeros cambios. No todo Israel estuvo con los macabeos (aunque el libro pretende presentarlo así). Tanto Jasón como Menelao lo tuvieron seguidores entre los judíos. Los piadosos que guardaban el Sábado y los asideos eran otros dos grupos fuera del círculo Macabeo. El fracaso se produjo por la alianza con Roma y la concentración de poder en la dinastía macabea. Los macabeos llegaron a aceptar la dignidad sacerdotal de manos de aquellos mismos contra los cuales empuñaron las armas. Por ello atrajeron el odio de muchos compatriotas. La dinastía macabea que empezó gloriosamente desembocó en la dinastía asmonea que tiempo más tarde llevaría al poder a Herodes, el idumeo (dinastía herodiana).

El autor usa como fuente un apócrifo: el testamento de Moisés (o Asunción de Moisés, de estilo apocalíptico) Desde el punto de vista histórico el autor es bastante confiable aunque el concepto de historia difiere del nuestro. Desde el punto de vista religioso que es el más importante los hermanos macabeos son los “hombres destinados a salvar a Israel” (5,62). La ley esta en el centro y los hombres se dividen entre los que observan la ley y los que no.

 

El Segundo libro:

Se llama así por el lugar que ocupa en los antiguos códices que lo transmiten. En el códice Alejandrino (s.V) y el Véneto (s. VII) vienen detrás de 1 Mac. Pero su contenido no es su continuación ya que abarca casi el mismo período que 1 Mc 1—7. En 2,19-32 se nos invita a considerar este escrito como el resumen de una obra desconocida en cinco libros de Jasón de Cirene. Se lo puede ubicar dentro del género “historia patética” muy del agrado de la literatura helenista, género en el que se entremezclan lo maravilloso y lo idealista con la realidad. En su estilo dominan las antítesis oratorias: 3,28.30; 4,47; 5,19-20; 8,18.36; 9,8-9 y los discursos retóricos que obedecen a los cánones formulados por Isócrates.

Clemente de Alejandría lo llamó: “Epítome de las historias macabaicas” por ser el resumen de una obra anterior en cinco volúmenes escrito por Jasón de Cirene (año 160 a.C.). De Jasón de Cirene no sabemos nada más, el autor inspirado es el que se hace responsable del resumen, que era probablemente un judío alejandrino de orientación fariseo que se distancia positivamente de la dinastía asmonea y muestra que la salvación del pueblo y del judaísmo esta vinculada al templo y a su santidad, no a la sucesión de los macabeos. Su fecha de composición se puede ubicar a fines del siglo II o comienzos del siglo I tanto para este libro como para el primero. Siempre antes del 68 a.C. fecha en que Pompeyo violó el templo de Jerusalén ya que en sus páginas Roma es considerada con respeto y estima. Esta obra fue escrita originariamente en griego al igual que su fuente.

 

A diferencia de 1 Mac en el centro de este libro se levanta tan sólo la figura de Judas Macabeo y apenas se menciona a sus hermanos y no aparece el nombre de su padre. Este silencio pone en tela de juicio la legitimidad de los sucesores de Judas y el ejercicio del sacerdocio. Exalta en cambio al SS Onías. Los cap. 1-2 contienen dos cartas dirigidas a los judíos de Egipto. No faltan las polémicas internas del judaísmo que no siempre son homogéneas ya que frente al helenismo las clases elevadas se muestran condescendientes y Eleazar y los siete hermanos se oponen con su heroísmo (cc.5-7).

La teología judía, tradición y novedad: el mensaje teológico es de gran interés porque por un lado sirve para recoger la tradición judía y por otro hace aflorar las nuevas creencias que se estaban consolidando en ella. La aceptación de la Iglesia Católica de los deuterocanónicos y por tanto también de este libro ha hecho que muchos de esos elementos constituyeran una parte de la doctrina católica. Esta mezcla de tradicionalismo y de originalidad se puede sintetizar en siete tesis:

1.      Reafirmación de la teoría clásica de la retribución: “Nosotros padecemos por nuestros pecados” (6,12-13; 7,32-33)

2.      Reiteración de la ley del talión, instrumento de equilibrio de la historia y sostén de la guerra santa: 8,33; 9,5-6.28; 13,7-8; 15, 30-33

3.      Tesis de la sacralizad espacial ligada a la santidad de lugar y la inviolabilidad del templo, honrado en todo el mundo: 3,12; 5,15; 14,31-36; 15,18.37

4.      Tesis que afirman la resurrección y la vida eterna, subyacente a lo largo de toda la narración ejemplar del martirio de los siete hermanos: 7,9.11.14.23.35.36; y Dan 12,1-3

5.      En la misma línea que la anterior la tesis del sufragio de los vivos por los muertos y de la intercesión de los muertos por los vivos: 12,34-45; 15,12 datos que se alegan con frecuencia en el debate sobre el purgatorio.

6.      La creación de la nada: 7,28

7.      La angeología con una profusión de epifanías: 3,26; 5,2; 10,29; 11,6; 15,22; 11,8 que ofrecen al hombre débil victoria militare fruto casi exclusivo de la oración. Esta misma tesis se encuentra en 1Mac 7,40-41

 

Este libro ilumina el contexto histórico del NT en que vivió Jesús y es como una preparación inmediata a la revelación del NT. El NT sólo alude a él en Heb 11,35 .

 

La epopeya macabea tuvo sus esplendores y sus miserias:

 

El ansia por la libertad, la preservación de la cultura religiosa y de las minorías étnicas, la tutela del patrimonio religioso frente a cualquier forma de sincretismo, el testimonio valiente y decidido son elementos permanentes de la herencia de los Macabeos. Sin embargo el riesgo de adoptar un integrismo de signo opuesto no se vio superado suficientemente: la circunsición incluso a la fuerza a todos los que residen en el territorio ocupado por ellos (1 Mac 2,46), la matanza a todo aquel que buscaba una integración con el helenismo en un mínimo de colaboración, el valor de la fidelidad total a la ley aparece mancillado por un fundamentalismo impresionante: 1 Mac 2,29-38. Sin embargo no se vaciló en llegar a ciertos acuerdos con los “impíos” (Roma, Esparta, intrigas con Siria). Los Macabeos continuarán con la miserable dinastía de los Asmoneos que se corrompieron y entregaron a Palestina en manos de Herodes el Grande, hijo de uno de los primeros ministros asmoneos

 

Actualidad: junto con otras fuentes es un testimonio válido para conocer la revuelta macabea y arroja datos sobre como se fue configurando el judaísmo en sus diversos grupos (fariseos, esenios, saduceos) que llegan a la época del NT. Ayuda también a descubrir la providencia divina bajo los acontecimientos políticos y sociales y a interpretarlos en clave religiosa. En cuestiones morales aún esta lejos del NT

 

 



[1] Los alejandrinos, más abiertos no limitaron la inspiración ni a la antigüedad ni a la lengua griega. Católicos y ortodoxos adoptaron el canon alejandrino pero las iglesias nacidas de la reforma siguieron el canon hebreo. Recordar que uno de los criterios de canonicidad para los judíos era que los libros estuviesen escritos antes de la época persa. Los Macabeos son más tardíos y además por la oposición fariseo.